La Cascarilla, el árbol que curó la Malaria

La Cascarilla, el árbol que curó la Malaria

La cascarilla o quina (Cinchona officinalis) es un árbol perteneciente a la familia de las Rubiaceas, al igual que el café. Es considerada como la Planta Nacional del Ecuador. Se distribuye en los Andes tropicales, en los países de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, entre los 1600 y 2700 msnm, aunque se registra como especie introducida en Burundi, Jamaica, y la República Democrática del Congo [1].

Tomado de: Wikipedia

Fue descrita por Linneo en 1742, en su obra Species plantarum con ramas colectadas en Loja, Ecuador por el geodésico francés La Condamine [2].

Según un manuscrito encontrado en la Biblioteca del Vaticano, sus propiedades fueron conocidas por un fraile español en 1628. Así también, en 1633 el padre Caloncha se refirió a esta planta y sus propiedades en la «Crónica Moralizadora de la Orden de San Agustín» [2].

Sin embargo, la historia de su descubrimiento se remonta a Loja – Ecuador, donde un indígena reveló al Corregidor de dicha ciudad sobre las cualidades de esta planta. En 1638 se supo que la esposa del Virrey de Lima, Francisca Enríquez de Rivera, condesa de Chinchón – Perú, había contraido malaria terciaria, razón por la cual el corregidor de Loja envió una pequeña cantidad de polvos de corteza de quina, proveniente Cajanuma (Loja). La condesa se curó y para 1640 ya se había difundido por Europa la propiedad curativa de estos polvos, mas no al árbol, hasta 1736, cuando La Condamine visitó América y colectó sus ramas. Por esta razón es considerada tanto de Perú como de Ecuador [2].

Hasta 1750 la provincia de Loja fue la «bodega» de la industria de la Cinchona. En los siglos XVIII y XIX, la exploración y explotación de quina en Ecuador y Bolivia la llevaron casi a su extinción. Por los años de 1850, posteriores a la independencia, los gobiernos europeos, teniendo en cuenta la creciente demanda mundial de quina, y su camino a la desaparición, decidieron enviar botánicos y extraer secretamente plántulas y semillas de esta especie, con el fin de propagarlas en diferentes sitios de su jurisdicción, tales como Java y las Indias Orientales. De este modo, Europa arrebató el mercado americano, abasteciendo al 95% de la población mundial [2].

En 1820, Pelleter y Ceventon aislaron los alcaloides de la cascarilla en París, a lo que siguió el establecimiento de la primera fábrica de quinina en el mundo, en 1823, en Filadelfia [2]. .

Con el tiempo, el principio activo de la cascarilla, la quinina, fue utilizado para la elaboración del agua tónica, al adicionarle agua carbonatada, con lo cual era una bebida bastante agria. Con el tiempo se adicionó ácido cítrico y azúcar para hacerlo más apetecible, disminuyendo el sabor agrio. Así también se disminuyó el contenido de quinina hasta proporciones muy bajas en la actualidad [3].

De Cinchona officinalis, se tiene registros de formar asociaciones o manchas en bosques subandinos, así como ciertos inconvenientes morfológicos para su germinación en áreas nativas [2, 4]. Una especie hermana, Cinchona pubescens, se ha introducido en Galápagos y Hawai, causando desequilibrio ecológico en estos ambientes isleños, debido a su rápido crecimiento y posterior acaparamiento de luz, evitando el crecimiento de especies nativas de menor altura [5, 6]. Su reproducción, además de las semillas puede darse por esquejes, rebrotes de árboles talados.

Otras especies relacionadas, pertenecientes al mismo género, se se encuentran en peligro de extinción y han sido catalogadas por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), entre ellas Cinchona rugosa, C. lucumifolia, y C. mutisii [7].

Es recomendable ver un video documental realizado por la DW.

Créditos Ilustraciones: http://plantillustrations.org/ 

Link del video: https://www.facebook.com/dw.espanol/videos/vb.131314590235972/2004619956258864/?type=2&theater

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